A todos nos ha llegado a pasar que llegamos con un chingo de sueño y hueva a clases, pero pocas veces el profesor tiene los huevos para despertarnos. Sin embargo ese no fue el caso de este profesor, quien usando su boca tomó el cabello de su pupila y la jaló para despertarla.
Sin duda un método poco usual, pero efectivo. Ojalá la chica haya aprendido la lección.